A comienzos del juicio, Michael Jackson -de 46 años por entonces- parecía estar de muy buena forma. Solía caminar vivazmente hacia la corte y, cuando la prensa lo observaba, hacía ejercicios de calentamiento estirando su cuerpo como si se estuviera preparando para una función o para una competencia deportiva.
Era interesante ver su cuerpo de bailarin y recuerdo haber pensado que seguia tan en forma como en los memorables videos de "Thriller", "Billie Jean" y "Beat it". Cuando sonreia a sus abogados o aún a los espectadores, su carisma seguia siendo fuerte y evidente para mi. La magia seguia allí. Seguia siendo Michael Jackson, pense. La gente estaba hipnotizada por su presencia.
Y eso nunca fue más evidente que el 1 de Marzo del 2005 -el segundo día de las declaraciones-, cuando el abogado de Michael, Tom Mesereau mostró el controvertido documental de Martin Bashir al jurado.
Mientras sonaba la música de Michael y pasaban las fotos de su sorprendente carrera por la pantalla, en la corte algunas cabezas comenzaron a moverse al compás. La gente empezó a sonreir. Por momentos parecia que ni siquiera estabamos en una corte. Habiamos sido transportados a otro lugar -por cierto, un lugar mejor- y estábamos unidos como si fueramos uno solo mientras la voz y la música de Michael llenaba la sala...
Y eso nunca fue más evidente que el 1 de Marzo del 2005 -el segundo día de las declaraciones-, cuando el abogado de Michael, Tom Mesereau mostró el controvertido documental de Martin Bashir al jurado.
Mientras sonaba la música de Michael y pasaban las fotos de su sorprendente carrera por la pantalla, en la corte algunas cabezas comenzaron a moverse al compás. La gente empezó a sonreir. Por momentos parecia que ni siquiera estabamos en una corte. Habiamos sido transportados a otro lugar -por cierto, un lugar mejor- y estábamos unidos como si fueramos uno solo mientras la voz y la música de Michael llenaba la sala...
Fuente:La magía y la locura
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